Otoesclerosis

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OTOESCLEROSIS

¿Qué es?
La otoesclerosis en una enfermedad relativamente común transmitida genéticamente que genera disminución auditiva de grado variable. Es más común en la mujer que en el hombre, aunque también la padecen. Las manifestaciones comienzan generalmente después de la adolescencia, pero hay casos de otoesclerosis pediátrica. En las mujeres es común que el problema empeore con cada embarazo, en relación con las hormonas. En un 10% de los casos, afecta a ambos oídos.
Para entender mejor este problema, repasaremos brevemente el proceso de audición. El sonido es una vibración mecánica del medio por el que se transmite (sólido, líquido o gas); el proceso de audición empieza por recoger esa vibración (lo que hace la oreja) y enviarla hacia el interior del oído (conducto auditivo); el siguiente paso es su amplificación, que empieza por la vibración del tímpano, que se transmite por la cadena de huesecillos hasta la platina del estribo; en este proceso el sonido se ha amplificado significativamente. La vibración de la platina del estribo hace que se mueva un líquido dentro del caracol, lo que hace que se muevan unos cilios (son como espigas de trigo); ese movimiento genera un impulso eléctrico que es recogido por el nervio acústico, enviado al cerebro al área de la audición e interpretado como un sonido.
En el caso de la otoesclerosis, se genera un hueso anómalo en y alrededor de la platina del estribo (que es como un pistón)(como cuando una puerta coge humedad y se hincha, quedando encajada en el marco y no pudiendo abrirse con normalidad), lo cual va inmovilizando progresivamente al estribo. Además de este componente “transmisivo” (no deja que la cadena de huesecillos se mueva libremente) también se afecta al oído interno.

Formación de hueso en estribo

¿ Qué síntomas tiene?
El síntoma principal es la pérdida de audición. Lo más frecuente es que dicha pérdida se haga evidente entre los 20 y 30 años, aunque en algunos casos ya puede presentarse en edad infantil. La progresión de la pérdida de audición es muy variable; en algunos casos avanza muy lentamente y en otros la progresión es más rápida y en pocos años la pérdida de audición ya representa un problema para el paciente.
Otro síntoma importante son los acúfenos (pitidos en los oídos). No siempre están presentes desde el inicio de la enfermedad, pero a medida que esta avanza y al pérdida de audición aumente, suelen ser más frecuentes.
Un tercer síntoma frecuente es el vértigo debido, como los acúfenos, a la afección del oído interno por parte de la enfermedad.
¿ Cómo se diagnostica?
El primer paso del diagnóstico es la HISTORIA CLINICA, que nos informará del tiempo de instauración de la pérdida de audición, de su intensidad y de si hay síntomas acompañantes (pitidos, sensación de oído lleno); hay que interrogar al paciente sobre la existencia de antecedentes familiares de hipoacusia en gente joven, o de cirugías del oído..
El siguiente paso es realizar una OTOSCOPIA, inspección del oído externo y medio, revisando el pabellón auditivo, el conducto y el tímpano. En la otoesclerosis la otoscopia suele ser normal.
La ACUMETRIA es un test que se realiza con diapasones y nos permite saber si una hipoacusia es transmisiva o neurosensorial, aunque no nos informe de la cantidad de pérdida. Si la pérdida de audición es importante y transmisiva (tributaria de cirugía) es un test bastante fiable y sencillo de realizar.
La IMPEDANCIOMETRIA es un test que nos informa sobre la presencia de líquido en oído medio o la rigidez del tímpano; en la otoesclerosis suele ser normal, a no ser que se exploren los reflejos estapediales, que suelen estar alterados en fases avanzadas.
La AUDIOMETRÍA es la prueba básica, ya que nos permite medir la pérdida de audición real y la capacidad auditiva del oído interno (en una otoesclerosis avanzada, la audición real del paciente está limitada por la inmovilización del estribo, pero la capacidad de audición de ese oído puede ser normal). La prueba consiste en poner al paciente unos auriculares y hacerle escuchar unos pitidos y, tan pronto los oiga, debe comunicarlo al explorador apretando un botón o levantando la mano. El problema es que es una prueba subjetiva (el paciente debe oír e identificar el estímulo y comunicarlo al explorador) y hay factores que distorsionan sus resultados, como pacientes con pitidos que confunden sus pitidos con el estímulo, niños o mayores que no entienden las instrucciones, pacientes que no están en condiciones de colaborar, etc.

Audiometría GAP

Es recomendable hacer un chequeo a los familiares consanguíneos (hermanos, hijos) para ver si éstos también están afectados.
En esta enfermedad, los análisis de sangre y las pruebas radiológicas no resultan de mucha utilidad. El diagnóstico siempre es una sospecha, que se confirma en el transcurso de la intervención quirúrgica.
¿Cómo se trata?
Aunque se han intentado algunos tratamientos farmacológicos, éstos han dado resultados pobres y, al no estar exentos de efectos secundarios, sólo se utilizan en casos muy concretos de progresión muy rápida de la enfermedad.
Hay que considerar que la cirugía NO CURA LA ENFERMEDAD, tan solo alivia la pérdida de audición que ésta produce. Otro punto importante es que la cirugía no es factible en todas las fases de la enfermedad. Operar la otoesclerosis es como comer fruta; al principio está verde y no se puede, luego está madura y se puede, al final está pasada y no se puede o si se puede, es para ganar poco.
Cuando el paciente acude a la consulta, la audiometría establece el punto en que se encuentra la evolución y si sólo está afectado un oído o ambos. Si la pérdida de audición es pequeña, se hace un seguimiento del paciente hasta que la pérdida aumenta y la cirugía es factible (cosa que no siempre ocurre).
Con respecto a los otros síntomas (acúfenos y vértigo), la cirugía no es una opción tan atractiva, aunque no es raro que mejoren tras la intrvención.
El tratamiento básico es la cirugía o ESTAPEDECTOMIA/ESTAPEDOTOMIA, que consiste en remover el estribo y colocar una prótesis en su lugar. Está prótesis mide menos de 5 mm (medio centímetro) de largo x 1mm de espesor y no es rechazada por el organismo. Esta intervención tarda entre una y dos horas. Se realiza bajo anestesia local y sedación o anestesia general. Se opera a través del conducto auditivo, por lo cual no deja cicatrices visibles y no produce dolor en el postoperatorio. Los días siguientes a la operación existe un ligero vértigo que se trata con medicamentos. El alta hospitalaria se produce entre 12 y 24 horas y requiere de una semana de reposo laboral en su casa. No hace falta estar en la cama, pero sí descansando.

Pistón en yunque

La intervención quirúrgica no es 100% efectiva por 2 motivos: el primero que solo cura el componente de afección del oído medio, no soluciona la disminución auditiva por afección del oído interno. El segundo motivo es que en un porcentaje que va desde un 1 a 3% la audición no mejora y en algunos casos puede empeorar en el postoperatorio. No se conoce el motivo de este problema que es independiente del cirujano que opere y del material que se utilice.
Otra opción es la adaptación de un audífono; no aletera la evolución de la enfermedad, pero permite oir mejor al paciente sin necesidad de intervención. No afecta a los acúfenos ni a los vértigos, pero no tiene los riesgos de la intervención.