Sangrado por la nariz. Epistaxis

Nariz , , , , , ,

SANGRADO POR LA NARIZ. EPISTAXIS.

Pared lateral nasal, con múltiples recovecos.

La nariz es un acondicionador de aire, su función, entre otras, es limpiar, calentar y humedecer el aire que llega a los pulmones, por eso requiere de un abundante aporte de sangre, el cual le llega a través de varias arterias que entran en las fosas nasales por diferentes puntos y convergen en zonas concretas donde la concentración de vasos sanguíneos es mayor (como en los cornetes o en la zona anterior del tabique). Suele sen en estas zonas donde se localiza la hemorragia. La actitud ante un paciente que acude a por sangrado nasal dependerá inicialmente de la intensidad del sangrado y del estado en el que llegue el paciente.

En la mayoría de los casos se trata de cuadros menores que hacen que el paciente acuda a urgencias por lo aparatoso que resulta la sangre. No obstante merece la pena recordar que muchas hemorragias severas, se inician de una manera intermitente y leve.

Las causas más frecuentes de sangrado son las postquirúrgicas (adenoidectomía, o cirugías nasales), tras un traumatismo (golpes o introducción de un cuerpo extraño), por infección o inflamación, por tumores, por enfermedades generales (hipertensión, coagulopatías) o espontáneas.

Clínica de presentación

El signo guía es la presencia de sangrado por la nariz o boca, que puede aparecer de forma abrupta o progresiva. Prácticamente siempre el punto sangrante se localiza de una de las fosas nasales, aunque el paciente puede sangrar por ambas o incluso por la boca. Esto se debe a que la posición de la cabeza condiciona hacia donde va la sangre y por donde sale (si nos inclinamos hacia delante, sale por la nariz, y si nos inclinamos hacia atrás, sale por la boca).
En ocasiones no vemos una hemorragia (sobre todo en las postquirúrgicas), siendo un vómito teñido de sangre lo primero que nos llame la atención. En otras ocasiones, más raras, la hemorragia puede pasar desapercibida, debiendo sospecharse por los signos y síntomas derivados de su repercusión hemodinámica como la intranquilidad, ansiedad, palidez y los cambios en las constantes vitales: taquicardia e hipotensión.
Si la existencia de una posible coagulopatía no es conocida por el paciente o sus familiares, nos puede poner tras su pista una historia clínica cuidadosa, o la presencia de hematomas o hemorragias en otras localizaciones.
En caso de epistaxis secundarias (por una crisis de hipertensión, tumores), además el paciente presentará síntomas por la causa de la hemorragia (cefaleas, etc).

Tratamiento

En esencia, el tratamiento consiste en localizar el punto sangrante y presionar sobre él hasta que la hemorragia se detenga.  El problema radica en que las fosas nasales son cavidades difíciles de explorar sin el material adecuando y llenas de recovecos donde es difícil localizar un vasito sangrando y más presionar sobre él para que se pare.

Maniobra correcta para contener un sangrado nasal.

La gran mayoría de casos ni llegan a urgencias, ya que paran solas o con medidas básicas de contención.

Tratamiento en casa

1,- Inclinarse hacia delante y ver por qué lado de la nariz sale la sangre.
2,- Sonarse para sacar el coágulo que pueda haberse formado en la fosa nasal.
3,- Introducimos en el lado que sangra un algodón (como un filtro de cigarrillo) empapado en agua oxigenada.
4,- Inclinamos la cabeza entre las rodillas, mientras presionamos LA PUNTA DE LA NARIZ entre los dedos, unos cinco minutos.
5,- Nos reincorporamos y comprobamos que no hay sangrado anterior ni posterior (por la garganta); dejamos el algodón en la nariz unos 30 minutos más.
6,- Retiramos el algodón. Reposo moderado y no sonarse o rascarse costras en dos o tres días, para prevenir nuevos sangrados.

Si con las medidas anteriores el sangrado no se detiene, hay que acudir a Urgencias.

Tratamiento en Urgencias

1,- Limpiamos la nariz de coágulos haciendo que el paciente se suene enérgicamente o aspirándolas con un aspirador.
2,- Anestesiamos la nariz mediante la introducción de lentinas con anestesia y un poco de adrenalina.
3,- Una vez anestesiada la nariz, se procede a la exploración exhaustiva en busca de la arteria que sangra mediante endoscopios nasales.
4,- Si localizamos el punto sangrante y no sangra con mucha fuerza, podemos cauterizarlo química (nitrato de plata) o eléctricamente (bisturí eléctrico o aspirador-coagulador).

Cauterización nasal con nitrato de plata

5,- Si no localizamos el punto sangrante, hacemos un taponamiento anterior que llenará la fosa nasal por completo, intentando así detener la hemorragia por presión directa; este taponamiento puede hacerse con gasas, esponjas autoexpandibles o balones neumáticos.
6,- Si se detiene la hemorragia, el paciente puede irse a casa y regresar a las 72 horas para retirar el taponamiento, a no ser que lleve un balón neumático, en cuyo caso debe ingresar hasta que se retire en tres días.
7,- Si el sangrado no se detiene o el paciente regresa a Urgencias porque ha empezado a sangrar de nuevo, se procede a revisar la nariz en quirófano, bajo anestesia general, lo que nos permite manipular la anatomía de la nariz para localizar el punto sangrante y cauterizarlo eléctricamente; luego rehacemos el taponamiento nasal y dejamos al paciente ingresado hasta la retirada del taponamiento.

En el caso de sangrados de repetición hay que identificar la causa; en niños que sangran frecuentemente hay que buscar alergias, un cuerpo extraño en la fosa nasal o alteraciones de la coagulación. En adultos, además hay que descartar tratamientos que alteren la coagulación (aspirina, cumarinas), hipertensión, úlceras nasales, consumo de sustancias tóxicas (cocaína).