Drenajes timpánicos

Oído , , , ,

Los drenajes timpánicos, también llamados tubos de ventilación, son unos tubitos cuya misión es mantener abierta una punción en el tímpano, permitiendo el drenaje de moco o pus si lo hubiera y la ventilación del oído medio. Si se hace una punción en el tímpano, este agujerito se cierra en unos días y el oído puede volverse a llenar en poco tiempo, por es necesario colocar los drenajes, para mantener abierta la perforación.

Los hay de diferentes materiales plásticos, titanio o, incluso, de oro

 y también de diferentes formas,

en función del tiempo que se quiera que permanezcan puestos. Los más frecuentes son los de teflón con forma de diábolo (es como un yo-yo con un agujero en medio) y suelen durar entre tres y nueve meses, siendo expulsados de forma natural en la mayoría de los casos.
      
Las causas más frecuentes de poner drenajes timpánicos son:

.- Otitis de repetición, en la que el paciente presenta infecciones frecuentes que, aunque responden bien al tratamiento, se presentan de nuevo poco tiempo después de dejarlo. El número de infecciones necesarias para indicar drenajes varía en cada caso, pero una otitis al mes durante tres meses empieza a ser indicativo de que el tratamiento médico no es una buena alternativa.

.- Otitis persistente, el la que el paciente presenta una otitis que no responde al tratamiento con antibióticos; si tras dos o tres tandas de antibiótico, el pus persiste en el oído, es aconsejable drenarlo para evitar que pueda afectar a órganos vecinos.

.- Moco en el oído. Tras una otitis, lo primero que desaparece es la infección, pero el oído queda lleno de moco, lo cual produce una pérdida de audición (como los oídos tapados). Lo normal es que en el plazo de unas semanas, ese moco se elimine y el oído se recupere por completo. En algunos casos, ese moco permanece en el oído. Si pasados dos o tres meses de intentar sacarlo con tratamiento no lo conseguimos, es aconsejable drenarlo ya que mientras esté en el oído no se oye bien y si permanece mucho tiempo puede provocar lesiones permanentes en el tímpano y/o en el oído medio. El principal riesgo de esta situación es que el oído NO DUELE y en un niño de 0 a 4 años no es fácil detectar que no oye bien.

Los drenajes se colocan en el tímpano mediante una pequeña incisión (es como pasar un botón por el ojal de una camisa). En adultos, puede hacerse en la consulta durmiendo el tímpano con un spray anestésico; en niños se hace en quirófano y bajo una sedación (para que se estén quietos); suele durar unos minutos y casi siempre es ambulatoria (no requiere ingreso).

Una vez puestos, el paciente puede hacer vida completamente normal, sólo debe irse con cuidado con el agua, ya que si entra agua a través del drenaje, se puede provocar una infección; normalmente basta con nadar con tapones y un gorro.

Los drenajes permanecen puestos varios meses; durante ese tiempo es aconsejable hacer revisiones por el otorrino cada dos o tres meses para comprobar que siguen en su sitio o que no se hayan obstruido por pus seco o cera, ya que si se obstruyen es como si no estuvieran puestos y pueden aparecer retenciones de líquido en el oído e incluso otitis. Una vez que el tímpano los expulsa salen solos o pueden ser retirados con pinzas.